martes, 11 de marzo de 2014

¿Los niños de la calle conservan fotos familiares?



Fotos familiares. 


Mi cuarto es blanco como los dientes de leche un niño. De hecho, todo mi departamento es tan pero tan blanco que podrías confundirlo con una de esas nubes mañaneras que se menean por el cielo y casi parecen transparentes ante el viento. 

Hace días pensé en poner cuadros. Ahora que lo recuerdo bien, mi mamá siempre fue "muy minimal" para los detalles de la casa; nunca veías fotos familiares en exceso, o al menos no como, en esas casas en las que decoran las paredes con papel tapiz tamaño familiar. De esas en las que subes por la escalera y ves crecer al chamako en fotografías. 

Mi departamento era un cubo blanco sin vida y quería decorarlo sin caer al papel tapiz familiar, entonces busqué en algunos bazares y seleccioné unas cuantas fotos. El bazar era grande y tenía de todo. Ya ves, el montón de cosas empolvadas, repasadas por un pincelazo de magitel y agua, algunas muy antiguas que ya no ves en el mercado, amontonadas así casi apeñuscadas, en donde recorrer todo sin perder detalle es un verdadero arte; cada vez te encuentras cosas más y más raras, diferentes.

Hasta que llegué a las fotos familiares.

Había bastantes, apiladas en torres y empolvadas, unas muy viejas en blanco y negro, otras casi más actuales, pero no veías ninguna foto que pasara de los dosmiles. Podías notarlo en sus ropas. Algunas eran posadas completamente, otras infraganti, las situaciones eran variadas, desde el niño subiendo al árbol hasta la cena de navidad. Era curioso e intrigador imaginar lo que estaba ocurriendo en cada una de ellas.

Las fotos familiares son como los guiones de un cuento, un cuento que también se vuelve familiar y que la gente guarda en unas cosas llamadas álbumes, o ahora en dos mil catorce, usb.  En éstos álbumes recopilan su historia familiar. Es el registro en carne y hueso de su única y exclusiva historia de vida que da fe y legalidad a la frase "recuerdas aquella ocasión en que". La foto familiar es la mera atestiguación palpable y visible de que alguna vez fué y de que alguna vez sé fué

Es curioso pero  hablar de un hombre sin fotos familiares, o que las ha perdido por completo y no puede recuperarlas, es como hablar de un hombre sin sustento que dé soporte a su narrativa actual de vida, en pocas palabras es como hablar de un hombre sin alma. Es entonces cuando las fotos familiares toman tanta fuerza y se convierten en tabiques narrativos que aglomerados forman una identidad familiar, y por ende una identidad propia.

No sé si la gente con fotos familiares en exceso es la que camina entra la cordura y la locura "sostenida" de ese soporte de papel. Lo que sí sé es que la gente que ha llevado una vida familiar común y corriente y que por alguna circunstancia termina en la calle, generalmente terminan por guardar al menos una foto como su última opción de aferrarse a ese "guión" que le mantiene en la cordura. 

Ahora bien, ¿qué sucede con la gente realmente de la calle que ha perdido completamente esa conexión con las fotos familiares? 

¿qué sucede si creciste en la calle? 

¿Los niños de la calle tienen fotos familiares?
  


            

            

            

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